lunes, marzo 12, 2007

Sobre los judíos y otras yerbas


Hablar de judíos es meterse en terreno escabroso. Da la impresión de que si alguien le dice "bolita" a un boliviano, "peruca" a un peruano, "brazuca" a un brasileño, "yorugua" a un uruguayo y "paragua" a un paraguayo la cuestión no es tan pesada como cuando se le dice "judío de mierda" a un... judío.
Los argentinos somos los arkayos del mundo, los ladrones del trabajo en España y a los que se les pide VISA, certificado de buena conducta y no sé cuántas cosas más para ingresar a varios países de este bendito planeta. A los musulmanes también se los persigue a partir del 11/9 y son pocas las voces que se alzaron para nombrar la palabra discriminación.
Suena fea, si, es una palabra que en boca de alguien que juzga con desconocimento es fea.
Hace un tiempo me puse a pensar que de todas las catástrofes que podría sufrir un ser humano, una de ellas sería nacer en la Argentina pudiendo haber nacido en cualquier otra parte del mundo. Las otras vienen como consecuencia de la primera: ser pobre, no tener casa ni trabajo Y SER ARGENTINO es para llorar toda una vida. Claro que esto último lo pensé con un sentido sarcástico y humorístico.

Gente de mierda hay en todos lados y de todas las religiones y nacionalidades. Sin ir más lejos, todos los que en algún momento me cagaron plata, me defraudaron, me mintieron y se rieron de mí son argentinos y católicos. Sin embargo, no voy por la vida diciendo "Laurita es una católica de mierda porque me cagó plata" ni digo "El innombrable, ese brasileño de mierda que me mintió descaradamente". No voy por la vida diciendo eso porque, de hecho, muchos más compatriotas y muchos más cristianos se han reído en mi cara.

Pero los judíos, no digo todos para no generalizar, son los que hacen pública la discriminación. Hay gente que dice que se persiguen, que se victimizan... No quiero entrar en cuestiones de políticas y de Medio Oriente, si la franja de Gaza es violada o no, si los sitios sagrados son palestinos o israelitas, porque los problemas políticos están en otro continente y lo que yo estoy tratando acá es un comportamiento social local (Don José Salem, que vende telas en Once, no se metió en mi casa diciendo que haría el bar mitzvah de su hijo justo en mi habitación.)

No sé si los judíos se victimizan o no. Lo que sé es que si a mí me dijeran "argentina de porquería", me sentiría de la misma manera que se siente un judío cuando le dicen que es un "judío de mierda". Las acciones particulares no tienen por que interferir en las relaciones sociales. Con esto quiero decir que si a mí un judío me trató mal, no tengo por qué generalizar y decir que TODOS son una mierda.
Si juzgáramos con la misma vara que juzgamos a las minorías, descubriríamos que la mayoría (o sea nosotros, argentinos) somos todos una manga de inadaptados, incultos, malas personas y enfermos mentales. Pero claro, no nos podemos juzgar a nosotros mismos porque somos paladines de la perfección.

Muchas veces la discriminación hacia las minorías parte del desconocimiento y la ignorancia. Cuando, frente a un hecho del tipo "fulano es un judío HDP", pregunto "por qué JUDÍO"? o "Qué tiene que ver que sea judío?", la respuesta no tiene fundamentos. Generalmente es "porque un judío se comió la plata de mi vieja", "porque una judía me dejó caliente en el secundario", "porque tienen más plata que los ladrones". O sea, por experiencia propia y por cosas que realmente lesan la dignidad humana nunca escuché ninguna justificación para un hecho discriminatorio. Frente a tres explicaciones como las mencionadas anteriormente, que levante la mano aquel que no conoce argentinos y católicos con las mismas actitudes.
En fin...

Considero que una sociedad evoluciona a partir de la autocrítica y de la voluntad de cambiar el estado de las cosas. Es posible que los argentinos tengamos algo de autocrítica, pero dar el paso hacia el cambio se nos hace muy pesado, hay que trabajar mucho. Los argentinos somos críticos de los pueblos que conviven con nosotros, porque para depositar las culpas en los otros somos los más habilidosos. Siempre necesitamos un chivo expiatorio que pague por todas nuestras culpas: por eso cuando encontramos a una "minoría" que tiene actitudes de "mayoría", ponemos el grito en el cielo. El viejo refrán de la paja en el ojo ajeno.
Capaz que lo que detestamos es que haya gente tan garca como nosotros.



Historieta: Humor judío. www.reirseeskosher.com.ar de Pablo Tajer y Daniel Sacroisky

3 comentarios:

redatozim dijo...

Opa, tá com a cara do velho pastelzinho risos Ah, te mandei o email, vc recebeu?

Sumire dijo...

Ai, Ana, será que esse post foi por causa daquela nossa conversa sobre os meus chefes?... rs...
Se foi, estou até com vergonha... rs..

Anónimo dijo...

jejeje, eso lo decis porque no vivís en gaza, discriminado por los israelies por no ser judía.

Te recomiendo que leas los Protocolos de los Sabios de Sion un manifiesto fascista supuestamente hecho por los Franco-masones judíos. Ahí no vas a decri lo mismo, es más, no vas a saber quién es quién.