martes, abril 10, 2007

Después las cosas pasan porque sí

Un hombre de 71 años mata a su vecino porque éste tenía la costumbre de estacionar su micro en la puerta del garage del anciano. Enfurecido, busca su pistola calibre 22 y descerraja dos tiros mortales. El primero acaba con la vida del vecino. El segundo, con la de su sobrino, que murió hoy en el hospital Garrahan después de 40 horas de agonía.

Vivimos en un mundo violento, qué novedad. No estoy descubriendo la pólvora ni nada por el estilo. En mayor o menor grado todos estamos expuestos a estímulos cotidianos que, con un poco de educación, sentido común y respeto hacia el prójimo no tendrían por qué desencadenar el hechos violentos como este. La gente se pregunta y critica: "¿Pero este tipo está loco? ¿Puede ser que por semejante estupidez una persona mate a otra?"

Y la respuesta es sí.

En una ciudad en la que cada habitante está expuesto a robos, secuestros, violaciones, pillaje, violencia, falta de posibilidades de progreso, sueldos bajos, jubilaciones magras, enfermedades, remedios costosos y problemas domésticos (entre otras cosas), cualquier falta de respeto - por más mínima que sea - es un problema más. Últimamente a la gente se le ha dado por hacer lo que le se le da la gana sin pensar en el prójimo, muchas veces justificando ese accionar con argumentos muy poco sólidos. Y cuando se le advierte de la falta que están cometiendo, pocos son los que admiten la culpa y hacen algo para cambiar.

-Disculpame, son las 12 de la noche y me estás corriendo las sillas. El techo cimbra cada vez que corrés los muebles.
-¿Yo? ¡Si yo vivo solo! ¡No tengo muebles! ¡A vos lo que te suena en el techo son los ruidos que hacen los del tercero! (??!!!)

-Disculpame, tu perro cagó en la puerta de mi casa. ¿Podrías ir a limpiar lo que tu perro hizo?
-¿MI perro? ¿Cuándo? Ahhh... si, no me di cuenta, en un momento se me escapó.

Sin contar que Su perro ladra todo el día y me veo obligada a callarme la boca, porque por más que mi perro no ladre, tengo perro al igual que ella.
Ergo: los ruidos del vecino continúan y los de la vecina del perro también. Pero ante el consorcio, siempre tiene más peso un propietario irrespetuoso que un inquilino consciente. Y yo soy inquilina.

Si la gente reflexionara un poco más y pensara en si puede molestar a otros con sus decisiones, no tendríamos la mitad de los problemas que tenemos como sociedad. Si la gente que no tiene trabajo ni posibilidades pensara un poco en que no tendria dinero para mantener un hijo, no tendría 6 o 7. Hijos que luego vemos en la calle pidiendo monedas o haciendo malabares, cuando en realidad tendrían que estar disfrutando de su infancia.
Si la gente pensara un poco antes de comprarse un auto no tendríamos la cantidad de accidentes de tránsito que tenemos, porque el acelerador se pisa de más, porque se pasa un semáforo en rojo, porque se dobla en U en donde no se puede, porque no se respetan las leyes.
Si la gente pensara en el prójimo antes de robar, matar, traicionar, reírse, burlarse, insultar, despreciar, rebajar y humillar, no tendríamos la sociedad enferma que tenemos.
Si la gente priorizara la armonía con sus vecinos antes que el beneficio propio, no existirían vecinos "locos" que se cansan de repetir "por favor, no me estaciones en la puerta".

Sucede, lamentablemente, que la gente no tiene limites. Y te desafían a cada rato, todos los días, para ver hasta dónde pueden tirar de la cuerda. La gente se ha convertido como chicos de 2, 3 años, los cuales ponen a prueba a mamá y a papá para ver de quién pueden obtener el mayor beneficio con berrinches.

No justifico la muerte de este hombre. Quitarle la vida a otra persona es un crimen, nadie tiene derecho sobre la vida de un ser humano. Pero la gente tendría que ser menos egoísta, aprender a reconocer errores y evitarlos para que estas cosas no sucedan. El mundo está demasiado violento y uno nunca sabe qué clase de loco es el que me está advirtiendo la falta.

lunes, abril 09, 2007

Tiempo Límite


Fantino: lo mejor que me dejó Tiempo Límite 2007. Nunca me gané nada en ningún programa de TV, no creo que mi suerte cambie a esta altura. Pero es un honor haber participado al lado de este tipo al cual admiro mucho. No es Bioy Casares, no es Sábato, no es Tito Livio ni Tácito, pero puede llegar a serlo (según Aristóteles somos todos perfectibles).
Facherito el pibe, no? Para mis amigos de Brasil que no lo conocen, él es Alejandro Fantino, presentador del programa al que fui y una persona sumamente culta e informada (aparte de ser relator de futbol y musiquero)
Al lado de él, mi gran amigo Damián, compañero de ruta, de aventuras y de emociones desde el 2º año del secundario.

sábado, abril 07, 2007

Viernes Santo

La peregrinación pasó por la puerta de casa, pero no salimos a acompañar porque estábamos todos en tarlipes. De todos modos, se escuchan los comentarios.

miércoles, abril 04, 2007

Esperando al Mesías


Ya casi estamos en Pascuas y todos empiezan a comprar huevos de chocolate "a rolete", como dice mi vieja. Yo aún no compré mi huevo: es un invento capitalista como el día de los enamorados, el día de la novia, el día de Mongo Aurelio, el día que las vacas vuelen (porque estos dos últimos, aunque no figuren en el calendario de los regalitos, también se refieren a plata que se presta y nunca vuelve. Es decir, la plata se sigue escabullendo por los bolsillos).
Los huevos de Pascuas están por las nubes, al igual que la merluza. En Navidad, los arbolitos, los regalitos, los turrones, las avellanas, el pan dulce, las nueces y todas las calorías que se ingieren en pleno verano (como si estuviéramos en invierno) también aumentan. Manía de argentino: todo producto estacionario se vende al triple de lo que se podría vender. ¿Por qué? Porque hay que sobrevivir el resto del año con lo que se vende en las fechas especiales.
Dueño de fábrica de huevos de Pascua, yo te digo: abrite un parri-pollo y tenés el alimento asegurado todo el año.

Mientras tanto, en Ciudad Gótica... los fanáticos de The Cure bailan. No. Yo quiero vivir en un país en donde no tenga que pagar el 400% más de lo que las cosas salen. ¿Por qué si durante todo el año pagamos $9 el kilo de merluza, en esta fecha tenemos que abonar $18? ¿El pescado es santo? ¿La madre del pescado era virgen? ¿Ha sido bendecido por Monseñor? ¿El pescado de esta época viene avalado y con los controles de calidad que el Vaticano impone? ¿Hay una norma ISO para los productos pascuales?

Entonces me iré al infierno por hereje. No voy a comprar ni merluza ni huevos. No porque no tenga plata, sino porque en Pascuas tendría que estar prohibido este aumento de precios. Después escuchás gente que se queja diciendo que los judíos permiten la usura y que por eso les va mejor. Que algún judío me diga si durante el Pessaj o el Shaná Tova los productos kosher aumentan el 200%. A nosotros, católicos apostólicos romanos, nos es prohibido bíblicamente y sin embargo, LOS PRECIOS DE PASCUAS Y NAVIDAD SON UN ROBO A MANO ARMADA.

-"Turca, los dueños de los frigoríficos de pescados y de las fábricas de huevos de Pascua son judíos".
-Andá a cagar!

Para los que fuimos bendecidos, tomamos la comunión e hicimos nuestra confirmación de fe, creemos que el Mesías ya llegó y que vino a salvarnos, porque fuimos con pecado concebidos, y porque gracias a Adán y Eva y a su curiosidad para ver en qué lugar del otro cuerpo entraba lo que a uno de ellos le sobraba, todos los descendientes de ellos cargamos en nuestro espíritu con el Pecado Original. Entonces Jesus vino para redimirnos, para "salvarnos" de la "cagada" de nuestros padres primordiales.
En Pascuas se dice "Jesus murió por nosotros". Evidentemente no aprendimos nada, ni de Jesus, ni de San Martín, ni del Che Guevara. Todos ellos murieron por alguien y se los recuerda porque aparece un feriado en el calendario (menos en el caso del Che). Entonces todos corren a Retiro y se sacan un pasaje ida y vuelta a Mar del Plata porque es fin de semana largo.

Si lo que hizo Jesus no sirvió para nada, espero al próximo Mesías. Al Mesías que realmente cale hondo en el corazón de los hombres, para que aprendamos de una vez por todas a ser humanos de verdad y a pensar un poco en la persona que tenemos al lado. Sino, voy a tener que confirmar por decimonovena vez que el capitalismo y el individualismo nada tienen que ver con la humildad, solidaridad y valores que el cristianismo propone.

A lo mejor, como dicen los chicos de reírse es kosher, me prendo un pucho y viene.

Foto: Reírse es Kosher.