sábado, febrero 10, 2007

Villa Soldati y el karma de haber nacido argentino

El sol quema el asfalto y el fuego las casillas debajo de la autopista. Dos bandos se disputan el mismo territorio, se buscan, se miran, se insultan y se traban en una lucha que pronto es dispersada por la policía.
Terreno vacío es, para los sin techo, sinónimo de casa propia a largo plazo. No importa de qué manera vivan: para levantar una casa precaria sólo bastan cuatro chapas y colocar a un hijo dentro, para que nadie - por ley- desaloje a la familia "usurpadora". Terreno construído, pero vacío y sin dueño aparente es lo mismo. Sólo que no hay que poner chapas.

El artículo 14 de la Constitución argentina proclama:

Todos los habitantes de la Nación gozan de los siguientes derechos conforme a las leyes que reglamenten su ejercicio; a saber: De trabajar y ejercer toda industria lícita; de navegar y comerciar; de peticionar a las autoridades; de entrar, permanecer, transitar y salir del territorio argentino; de publicar sus ideas por la prensa sin censura previa; de usar y disponer de su propiedad; de asociarse con fines útiles; de profesar libremente su culto; de enseñar y aprender.

Dentro de esos derechos no figura el de ocupar terrenos vacíos.

La clase alta, la clase media y la clase baja.
La clase alta tiene la vida solucionada. Al menos, tiene casa propia y un auto para movilizarse, sino dos. La clase baja no tiene nada, pero puede llegar a tener. Sólo basta meterse en un terreno que no le pertenece, levantar cuatro chapas, tener 5 hijos y nadie los va a desalojar. Mejor, tal vez les construyan una casa que podrán pagar en módicas cuotas de 200 pesos a 30 años y tendrán su propiedad.
La clase media cada vez está más lejos de tener casa propia, trabaja todo el día para pagar un alquiler o llegar a duras penas a fin de mes, y cuando quiere sacar un crédito para comprar una casa le piden: certificado de ingresos, antigüedad laboral no inferior a 2 años, certificado de buena salud y un adelanto deo 20% del valor de la propiedad, porque sólo le prestan el 80% del valor de lo que la persona vaya a comprar. Esto quiere decir que una persona de clase media que percibe un ingreso mensual de $1500 tiene que juntar por lo menos U$S 8.000 para dar el adelanto de un departamento de 2 ambientes que cueste U$S 30.000.
Suponiendo que esta persona viva aún con sus padres y pueda ahorrar, con toda la furia, $1000 por mes, la misma tardaría 2 años en juntar los 8 mil dólares de adelanto para el departamento.
Y es mejor no sacar cuentas para saber cuánto tardaría en pagar los 22 mil dólares restantes que el banco le va a prestar, porque se van a terminar convirtiendo en 30 mil con los intereses por el préstamo.

Entonces, el mercado de los alquileres se dispara hacia techos impensados. Quien tiene un departamento vacío se convierte en un chupasangre y te pide $1000 por algo que no lo vale, que se cae a pedazos. No sólo los dueños la pasan bien: las inmobiliarias no se quedan atrás. Ahora te piden:
1 mes de adelanto y 1 mes de depósito (dueño)
2 meses y medio de comisión (inmobiliaria)
+150 $ por averiguaciones varias (garantía, VERAZ, inhibición de la propiedad puesta en garantía, pedidos, etc)
Esto quiere decir que si quieren alquilar un departamento de 2 ambientes de $700 en Capital, el combo le termina saliendo al futuro inquilino $3300. O 1100 dólares, como prefieran. Y sin contar que el segundo año de alquiler se verá afectado por 10% de interés correspondiente a la inflación anual según el CER (mentira, no hay tanta inflación pero los locatarios se cubren igual)

Mientras tanto, el ciudadano de clase media es manipulado, toqueteado, vapuleado y robado. No sólo no puede acceder a una vivienda propia, sino que paga por una ajena como si se tratara de un palacio. Le meten la mano en el bolsillo de todos lados: el que está en relación de dependencia y cobra más de 3000 pesos mensuales, tiene que pagar el impuesto a la riqueza (?¿!!!) que al cabo de un año representa un sueldo mensual. El que es monotributista tiene que pagar porque se las ingenió para trabajar solo o no le quedó otra que registrarse para poder facturar. Y paga monotributo e ingresos brutos. El 21% de IVA, aún, es democrático porque todos lo pagamos. Pero las tasas municipales e impuestos sólo la clase alta, media y media-baja las pagan. Los que ocupan terrenos, no.
Pero pueden llegar a tener una casa que el gobierno les va a dar.

El problema no es que el gobierno cumpla con su función de darle una vivienda digna a cada habitante de esta ciudad. Creo que todos coincidimos con la idea de que TODOS merecemos un techo propio. Eso mismo. TODOS. Que la ley sea pareja para TODOS. Que el de clase media tenga su propia casa, al igual que el humilde. Porque ahí sí, la injusticia se comete contra el que vota y paga impuestos. Si no hay justicia al menos para este lado, la guerra que se va a librar en campos de Villa Soldati como en muchos otros lugares es la de pobres contra pobres. Y todos contra todos.

1 comentario:

redatozim dijo...

Infelizmente esse problema é comum a todo país terceiromundista. E, sinceramente, acredito que um mal do capitalismo que é impossível reverter com nossas condições econômicas e culturais. Realmente revoltante.